Grupos transgéneros harán pedido a la OMS
FOTO: PAÚL NAVARRETE / El Telégrafo
Miembros de la Casa Trans se sumarán al pedido que colectivos de varios países harán a la OMS.
DATOS
Peticiones
La retirada del Trastorno de Identidad de Género (TIG) de los manuales internacionales de diagnóstico de la OMS. La retirada de la mención de sexo de los documentos oficiales. La abolición de los tratamientos de normalización binaria a las personas intersex. El libre acceso a los tratamientos hormonales y a las cirugías (sin la tutela psiquiátrica). La lucha contra la transfobia: el trabajo para la formación educativa y la inserción social y laboral de las personas trans. Revisión del V Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales de la Asociación de Psiquiatras de Norteamérica.INFÓRMATE +
Proyecto Transgénero, ubicado Jerónimo Leiton 1180 y La Gasca. Su teléfono es el 095036035.
Este colectivo solicita que la transexualidad deje de ser considerada enfermedad mental
ANTECEDENTES
En 1960, el Programa de Salud Mental de la OMS participó en un programa destinado a mejorar la clasificación de los trastornos mentales. La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) fue aprobada por la OMS en 1990, y desde 1994 los médicos la pueden utilizar para sus diagnósticos. En 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad del manual de trastornos.
A pesar de que en 1990 la Organización Mundial de Salud (OMS) sacó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, aún considera a la disforia de género, también conocida como transexualidad, como un “Trastorno de Identidad de Género (TIG)”. Es así como actualmente se encuentra dentro de la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades) y en el DSM-IV-R (Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la Asociación de Psiquiatría Norteamericana) que muchas veces sirven de guían a los psiquiatras para establecer sus diagnósticos. Por ese motivo, grupos de mujeres y hombres transgéneros en Ecuador se unieron a la Red Internacional por la Despatologización de las Identidades Trans, con sede en España, que solicitan a la OMS que elimine en el 2012 a quienes tienen otra identidad sexual del CIE 10. Ana Almeida, activista del Proyecto Transgénero, considera que si la OMS utiliza el término “disforia de género” (disconformidad entre el sexo asignado al nacer y el percibido como propio), para catalogar a la transexualidad como una enfermedad mental, entonces estas “personas son consideradas enfermas mentales”. Por ello desde hace tres años alrededor de 200 personas de organizaciones como Proyecto Transgénero, la Casa Trans, la Patrulla Legal, Confederación Ecuatoriana de Familiares Trans, entre otras, apoyan la campaña internacional “STP2012” para la despatologización de la transexualidad. Esta iniciativa reúne a más de 38 países que hacen la misma solicitud a la OMS. Similar petición hace Diane Rodríguez, directora del grupo de mujeres transgénero Silueta X, quien indica que a través de las actividades que realiza la organización intenta demostrar que no son “enfermas mentales”, ni tampoco quieren ser tratadas como tal. “No somos personas enfermas. Pero la OMS mantiene dentro de sus protocolos de psiquiatría que la transexualidad y las transgénero tenemos una patología porque queremos cambiar de sexo o de nombre”, explica. De hecho, en el anunciado F64 de Trastornos de Identidad de Género de la CIE10 de la Organización Mundial de la Salud se señala que el transexualismo es el “deseo de vivir y ser aceptado como miembro del sexo opuesto, por lo general acompañada de una sensación de incomodidad, o inadecuación del sexo anatómico y el deseo de un tratamiento hormonal y cirugía para que el cuerpo sea congruente con el sexo preferido”. Adicionalmente, se señala que “para diagnosticar” la identidad transexual esta “debe presentarse durante dos años, y no debe ser un síntoma de otro trastorno mental, como la esquizofrenia, o asociado con la intersexualidad, cambios genéticos o anormalidad en el cromosoma del sexo”. A esto se suma el criterio de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, que publicó en 2002 una guía clínica para el diagnóstico y tratamiento de TIG. En ella se especifica “desconocer el origen de la disociación, y aunque se sabe que no existe un trastorno psicopatológico conocido, sí es diferente”. Billy Navarrete, secretario ejecutivo del Comité Permanente de la Defensa de los Derechos Humanos, recalca que la “orientación sexual no se debe a una enfermedad que hay que curar o remediar”. El especialista sostiene que la OMS declaró hace más de una década que la “homosexualidad no es una enfermedad mental, sino que una persona opta por una orientación sexual que no es la heterosexual”. Para Navarrete, la sociedad está en un proceso lento de aceptar a estos colectivos, a pesar de que jurídicamente se despenalizó la homosexualidad. “De un tema tabú hemos pasado a una visibilización pública, tanto así que se realizan anualmente marchas públicas por el Día del orgullo Gay”. Almeida agrega que la discriminación aumenta cuando en catálogos médicos oficiales, como el de la OMS, se continúa utilizando la “transexualidad o la disforia de género como una patología mental”. Además, de acuerdo con su criterio esa discriminación aumenta cuando el Estado abandona a las personas “trans” sobre todo en campos como la atención médica. Algo que, para ella, es un problema generalizado en los países de América Latina. “Se cree que la transexualidad se origina con la intervención corporal, cosa que no es cierta. La campaña apunta a denunciar el abandono de la salud en cuerpos distintos, lo cual debe ser asumido por el Estado ecuatoriano”. EMB
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